Lo que no quiso decir
el lírico quisqueyano (sobre José J. Pérez)
Salomé Ureña de
Henríquez
Libro de Américo
Lugo
Temas políticos
(sobre el libro de Alejandro Angulo Guridi)
El día de
América
El propósito de la
Normal
Moral social
(FORMATO PDF, LIBRO COMPLETO)
HOSTOS Y SU CONCEPCIÓN SOBRE LA MUJER: LAS SECRETAS
INFLUENCIAS
Sherezada (Chiqui) Vicioso
En su estudio sobre las ideas pedagógicas de Hostos, publicado por su
hermano Pedro Henríquez Ureña en 1932, en las revistas Educación
#13 y 14, del Consejo Nacional de Educación, Camila Henríquez
Ureña identifica como influencia fundamental en el pensamiento
Hostosiano al pensador Karl Friederich Krause, filósofo alemán cuyas
doctrinas panteistas (formuladas en sus publicaciones: Fundamento
del derecho natural, Sistema de moral y Sistema de la
filosofía) tuvieron mucha influencia en España a través de
Julian Sánz del Río y de sus discípulos Francisco Giner y los maestros
de la Institución Libre de la Enseñanza.
A su vez, Camila Henríquez
Ureña nos informa que Krause estaba profundamente influenciado por
los filósofos y pensadores Kant, Fitche y Hegel, de quienes Hostos
asumió la ética kantiana y su énfasis en las ciencias como método
moderno de la enseñanza, fases de idealismo y formalismo ético.
Otros
pensadores mencionados por Camila, importantes en la formación del
hombre de ciencias, legista, literato, moralista, patriota, maestro y
pedagogo que fue Eugenio María de Hostos, son Comte, el llamado “padre
de la Sociología moderna” y del Positivismo, y John Spencer.
En
lo pedagógico, Camila identifica las afinidades de ese “optimista
metafísico” que es Hostos con:
- Froebel, con su énfasis en la escuela materna para
desarrollar la actividad y destrezas manuales en la enseñanza
- Pestalozzi, con su énfasis en la escuela inductiva,
basada en la observación y la experiencia, donde las ciencias juegan
un papel fundamental
- Rousseau, y su escuela intuitiva y objetiva
- Francke, y su organización de la escuela en gran
escala
- Kant, y su énfasis en el mejoramiento de la sociedad,
mediante la perfección del individuo
- y Hebert Spencer, con su insistencia en la deducción
científica como preparación para la vida
TENDENCIAS PEDAGÓGICAS
Definiendo a Hostos como un “pedagogo científico”, Camila Henríquez
Ureña resume sus tendencias pedagógicas como psicológicas, científicas y
sociales. Psicológicas, porque insiste en que la educación debe
apoyarse en el estudio el desarrollo mental e interés del educando;
científicas, porque plantea que el conocimiento de los fenómenos
naturales debe ser el contenido principal de la educación como fuente de
todas las verdades y el progreso de la humanidad; y sociales, porque la
educación es el proceso de perpetuar y desarrollar la sociedad,
preparando al individuo para realizar sus fines sociales.
Hostos
combina estas tres tendencias en un método educativo ecléctico, donde
rechaza de Krause que el origen de todo bien sea Dios; y de Kant que
exista una contradicción entre naturaleza y moralidad que afecte la
armonía final que, como objetivo, debe ser la meta de la humanidad,
afirmando que la única limitación o disonancia en su teoría es la
limitación humana de la voluntad, “facultad esencialmente perversa”
porque conduce al despotismo cuando NO ES RAZONADA.
CONCEPTO DE LA EDUCACIÓN DE LA MUJER
En su tésis sobre las ideas pedagógicas de Hostos, Camila Henríquez
Ureña también incluye dos capítulos donde analiza el concepto de la
educación de la mujer en Hostos. Para hacerlo cita frases del
prócer puertorriqueño sobre la mujer ya muy conocidas, entre ellas:
- Una de las causas que tiene el verdadero hombre para
mirar con indignación y desdén a los físicamente hombres que componen
nuestra especie, es la indiferencia con que las sociedades han mirado
la educación de la mujer.
- Solamente será la sociedad lo que debe ser, cuando la
mujer –adecuadamente preparada. coadyuve a la obra general de la
vida humana a que estamos consagrados todos los seres racionales... La
razón no es masculina ni femenina. Es razón, medio
orgánico de indagación y adquisición de la verdad.
- Aritméticamente la mujer es la mitad del movimiento
social; mecánicamente es el todo.
- Esa madre amorosa, extremosa, indiscreta,
irreflexiva, que, no teniendo educado el sentimiento, es igualmente
capaz de morirse si muere el predilecto de su alma, o de asesinar
moralmente al hijo que se emancipa de su despotismo.
- El hijo es en gran parte el resultado de la educación
materna y forma después la sociedad según los principios en que él se
formó.
- La maestra es el porvenir. Ella habla hoy y se
le escucha mañana. El niño, de sus labios persuasivos oye para
toda la vida la revelación de su destino.
- Del hombre niño, desde la cuna; del hombre
adolescente, por el afecto fraternal; del joven, por la influencia
mejorada del amor; del hombre, en fin, en todas las edades, por el
estimulo (de la mujer), la influencia y el respeto.
Camila también relata las dos experiencias donde Hostos puso en
práctica su filosofía sobre la educación femenina: Santo Domingo y
Chile.
LABOR DOCENTE EN SANTO DOMINGO
En Santo Domingo, Hostos crea, el 14 de febrero de 1880, la Escuela
Normal de Maestros, incluyendo por primera vez en América, la enseñanza
de la Sociología. Desde 1881 lucha por la fundación de una Escuela
Normal para Mujeres, cultivando para ello la amistad de la poeta mas
notable de su tiempo: Salomé Ureña de Henríquez, a quien profesa
gran admiración, y a quien convence gradualmente de asumir el proyecto,
pidiéndole que lo sustituya en las tardes.
De esa escuela se
graduaron dos generaciones de maestras, gracias, según Hostos, a Salomé
y a la “seriedad de su enseñanza, y el cariño realmente maternal que
nunca en parte alguna y en tan poco tiempo, hicieron que se reaccionara
de una manera tan eficaz contra la mala educación tradicional de la
mujer en nuestra América Latina”, y que se formara “un grupo de mujeres
más inteligentes, mejor instruidas y más dueñas de si mismas, a la par
que mejor conocedoras del deber de la mujer en la sociedad”.
LABOR DOCENTE EN CHILE
En Chile, país al cual arriba en 1889, Hostos critica al sistema
educativo impuesto por alemanes y suecos, basado en la
memorización y en el exceso de palabras, y provoca una revolución en el
método.
Sustituye el Latín, lo cual le cuesta una batalla con el
Escolasticismo; relega el conocimiento de la Dogmática y la Historia
religiosa al seminario o el hogar (lo cual le crea la hostilidad de la
iglesia); reduce el número de estudiantes por clase a veinte y adopta el
método de Lancaster de formación de “monitores” que ayuden al
profesorado.
En Chile se embarca en un Proyecto de Ley General de
Enseñanza Pública, que propone el kinder como base de la nueva sociedad;
la escuela elemental, rural, nocturna, de cárceles, policiales, de
marineros y soldados, secundaria o de bachilleres, normal, de artes y
oficios, agricultura, comercio y náutica.
Con respecto a la educación
femenina, lucha con el gobierno chileno para que entienda la necesidad
de que admitiesen a las mujeres a las carreras científicas de medicina y
jurisprudencia, y es tan exitosa su gestión que durante la graduación
del primer contingente de mujeres científicas, éstas le rinden un
homenaje público.
ORÍGENES DE SU APOSTOLADO POR LA
MUJER
He mencionado las influencias intelectuales de Hostos, vía el
Krausismo y el Positivismo, tal y como han sido referidas por Camila
Henríquez Ureña, porque con frecuencia una se pregunta: ¿De donde surgió
el apostolado de Hostos por la educación e igualdad de la mujer?
- Algunos argumentan que de su creencia en los valores
fundamentales de La Sociología (dos tratados), donde
enfatiza la “igualdad del ser colectivo en todos los tiempos y
lugares, y la igual conducta del ser colectivo en iguales
circunstancias y en todo lo esencial a su naturaleza”.
- Otros argumentan que se origina en su Moral
social, donde dice que “el orden físico, perfecto en su
desarrollo, geométricamente armonioso, es bueno en sí, y su
contemplación engendra las bases de la ética en la conciencia
humana. Evidencia el bien, fin supremo a que tiende el universo
y fin practico de la existencia humana”.
- Los más lo fundamentan en su Ciencia de
la pedagogía, donde plantea que la reforma en la
sociedad comienza con la reforma en la educación y ambos se influyen
mutuamente: “Saber y poder, dice Hostos, se han ido haciendo sinónimos
desde que la democracia ha fundado la igualdad jurídica, y desde que
la igualdad jurídica ha descubierto su punto de apoyo en el aumento
individual y colectivo de la cultura”.
4) Muchos lo fundamentan en sus Lecciones de Derecho
Constitucional, donde Hostos plantea que todos los seres son
iguales: “Todos son racionales, conscientes, morales, responsables y
libres. Así los ha hecho la naturaleza y así son”. Y “en
toda la escala de los seres, los únicos libres, los únicos morales
porque son conscientes, los únicos conscientes porque son racionales,
son los SERES HUMANOS” [énfasis añadido].Fíjense que Hostos utiliza la
palabra “seres humanos”, inclusiva del hombre y la mujer, y no dice
“hombres”, término utilizado por filósofos y teóricos de entonces (y de
hoy) para definir el concepto de humanidad.
JOHN STUART MILL
Yo me atrevo a sostener que el apostolado por la igualdad y educación
de la mujer de Hostos le viene, además de su innata bondad y sentido de
la justicia, de una influencia apenas mencionada por Camila y sus
biógrafos, la de John Stuart Mill, y más específicamente de la esposa de
éste, la feminista inglesa Harriet Hardy Taylor Mill (nacida en 1807 y
fallecida en 1858).
También me atrevo a sostener que ese apostolado
se origina en otra influencia nunca estudiada: la de la República
Española. Me explico:
LA MISOGINIA EN LOS TEÓRICOS
POSITIVISTAS
El Positivismo en sus inicios fue misógino. Augusto Comte, el
padre de la Sociología Moderna, reitero antiguas y falsas creencias
sobre la mujer en sus influyentes escritos. En 1839 (año del
nacimiento de Hostos) escribió: “La relativa inferioridad de la mujer en
este sentido es incontestable, poco capacitada como esta, en comparación
con el hombre, para la continuidad en intensidad del esfuerzo mental, o
bien debido a la debilidad intrínseca de su raciocinio, o a su ligera
sensibilidad moral y física, que son hostiles a la abstracción
científica y al a concentración”.1
- Esta indudable inferioridad orgánica del genio
femenino ha sido confirmada por experimentos decisivos, incluso en las
Bellas Artes, y en medio de las mejores circunstancias, En
cuanto a los fines del gobierno, la radical ineptitud del sexo
femenino es aun más evidente, incluso en el nivel más elemental que es
el gobierno de la familia”.
- Jean Jacques Rousseau, con su Emilio, era un misógino
rabioso: “Un mujer sabia (decía) es un castigo para el esposo, sus
hijos, sus criados, para todo el mundo. Desde la elevada
estatura de su genio, desprecia todos los deberes femeninos, y está
siempre intentando hacer de sí misma un hombre”.
- Kant, llegó a ser ofensivo: “Una mujer que se ocupa
de las controversias fundamentales sobre la mecánica, se podría
también dejar la barba.” “El estudio laborioso y las arduas
reflexiones, incluso en el caso de que una mujer tenga éxito al
respecto, destrozan los méritos propios del sexo”.
- Herbert Spencer, afirmaba que “las mujeres muestran
una perceptible deficiencia en dos facultades, la intelectual y la
emocional, que son el resultado final de la evolución humana, la
capacidad de razonamiento abstracto y la que es la mas abstracta de
las emociones, el sentimiento de la justicia”.
- Fitche, el nacionalista alemán, afirmaba que “el
segundo sexo podrá solo encontrar la plenitud en el matrimonio”, y
Hegel decía que: “Si las mujeres controlaran el gobierno, el Estado
estuviera en peligro, porque ellas no actúan según los dictados de las
reglas universales, sino que se dejan influenciar por inclinaciones y
opiniones ocasionales. La educación de las mujeres contamina,
uno no sabe cómo”.
Es claro que de estos filósofos y teóricos fundamentales del
Positivismo no obtuvo Hostos su visión de la necesidad de educar a la
mujer, de la igualdad de la mujer.
John Stuart Mill, por el
contrario, afirmaba que “la subordinación de la mujeres destaca como
rareza aislada dentro de las instituciones sociales modernas, la única
reliquia de un viejo mundo de pensamiento y de práctica que en todo lo
demás ha desaparecido. Esta radical contradicción entre un hecho
social y todos los que le rodean, y la oposición entre su naturaleza y
la marcha hacia el progreso de que el mundo moderno hace alarde, es sin
duda un asunto serio sobre el que reflexionar.”
Manteniendo que fue
su esposa, Harriet Hardy Taylor Mill, quien contribuyó al desarrollo de
sus ideas sobre las mujeres, Mill rechaza las tradiciones políticas y
jurídicas de la subordinación femenina y publica en 1851 un ensayo a
favor del sufragio femenino, informando sobre la Convención por los
Derechos de la Mujer que se había realizado en los Estados
Unidos.
Harriet reclamaba la plena ciudadanía política y legal de la
mujer: ”lo que queremos para las mujeres es igualdad de derechos,
igualdad de privilegios sociales, no una situación diferente, una
especie de sacerdocio sentimental”, comparando a los hombres con los
dueños de esclavos y a las mujeres con los esclavos (en este sentido es
importante señalar que Hostos, en 1863, se hizo miembro de la Sociedad
Abolicionista de la Esclavitud). “El prejuicio de las
costumbres—sostenía—, lo mismo que negó los derechos a los esclavos
durante siglos, se los negó a las mujeres”.
Y, “lo mismo que la
esclavitud corrompe tanto al amo como al esclavo, la opresión de la
mujer corrompe a ambos sexos. En uno produce los vicios del poder,
en el otro los del artificio. Y, si la abolición de la esclavitud
es una cuestión tanto moral como política, no lo era menos la abolición
de la opresión de la mujer”.
“La verdadera cuestión es si es justo y
conveniente que la mitad de la raza humana tenga que pasar por la vida
en un estado de obligada subordinación a la otra mitad”.
Es
interesante que las soluciones de Mill para la situación y condición de
la mujer son precisamente la EDUCACIÓN, Ley y política, incluyendo
la educación superior para las mujeres. “Una gran capacidad
intelectual en las mujeres será algo excepcional hasta que todas las
carreras estén abiertas para ellas, y hasta que sean educadas para sí
mismas y para el mundo como los hombres, y deje de educarse a un sexo
para el otro”.
Basado en estas ideas publica Mill en 1869 La
esclavitud femenina, haciéndose eco de los reclamos de Harriet por
los derechos ciudadanos de las mujeres como cuestión de justicia
elemental: “El que las mujeres tengan las mismas fundadas razones que
los hombres, por el mero hecho de ser personas , a reclamar el derecho
al voto o a tener un lugar en el jurado, es algo difícil de negar para
cualquiera”, y lo publica cuatro años antes de que Hostos dicte sus
conferencias sobre “La enseñanza científica de la
mujer”.
LA REPÚBLICA ESPAÑOLA
Si Hostos pudo haber sido influenciado por Stuart Mill y su libro
sobre la esclavitud femenina, ¿dónde había visto la formulación de
propuestas legislativas y políticas a favor de la mujer?
En la lucha
por una República Española, por la cual Hostos hace campaña en
Barcelona, en 1868.
Ya desde esa época, la Republica Española
planteaba el principio de igualdad de los hombres y las mujeres ante la
ley, la cual consagró en su Constitución de 1931. Declaraba que el
sexo no podía ser fundamento de privilegio jurídico; proponía la
admisión de todos los ciudadanos sin distinción de sexo, a empleos y
cargos públicos; y señalaba la obligación del Estado de regular el
trabajo de las mujeres y proteger la maternidad, así como la eliminación
de los reglamentos laborales que establecían discriminación en contra de
las mujeres casadas, valores que Hostos incorpora y refleja, de manera
aun más radical, en su segunda estancia en Santo Domingo (de 1900 a
1903) donde crea una escuela normal mixta, enfatiza la obligatoriedad
del ejercicio físico para niños y niñas, y reafirma en el país su
determinación a promover “la única revolución que no se había
intentado antes: la Revolución de la Enseñanza”.
Son esos valores,
reiterados a lágrima y sangre durante más de cuarenta años, en España,
Venezuela, Colombia, Brasil, Chile, Nueva York, Santo Domingo los que
provocan la emocionada devoción de Camila: “Si no formó
héroes para la conquista de la libertad, formó soldados para los
combates oscuros ... los de la ignorancia”. “Removió toda una sociedad y
preparó para la vida libre a toda una nación, forjando para la lucha y
la victoria corazones firmes que lo admiraron como su modelo y que lo
veneran como su apóstol”. 2
Y la admiración de Gabriela Mistral, quien de él
dice:
Fue sociólogo, crítico literario, hombre de ciencia y
conferencista popular, y en cada cosa profesor, porque el asunto
americano gritaba su hambre de didácticas por donde se le cogiese.
En
su obra están ausentes los tanteos, las caídas y levantadas, las
contradicciones y debilidades de la improvisación. Aparecido en
plena orgía romántica, sobre un continente atollado en la pegajosa
marisma verbal, repudiará con un asco de gran señor de letras la
declamación placera lo mismo que los embelecos académicos.
Enseñará a América a pensar.
Civilizador de la misma batidura de los
Sarmiento, entendió que la faena por hacer era mixta, y que no podía
trabajarse sobre una sola arista del bloque, y se pudo a todo lo que
podía, pudiendo mucho.3
OBRAS CONSULTADAS
Anderson, Bonnie S. y Judith P. Zinsser. Historia de las mujeres:
una historia propia. Barcelona, Editorial Crítica,
1992.
Bosch, Juan. Hostos el sembrador. Santo Domingo,
Alfa y Omega, 1ra edición dominicana, 1979.
Henríquez Ureña,
Camila. Las ideas pedagógicas de Hostos y otros escritos. Santo Domingo, SEEBAC, 1994.
Hostos, Eugenio María. Obras
Completas. Edición crítica. San Juan, Editorial de la
Universidad de Puerto Rico e Instituto de Cultura de Puerto Rico,
1991.
Hostos, Bayoán Lautaro. Eugenio María de Hostos
íntimo. Santo Domingo. Ediciones Librería La Trinitaria,
2000.
SEEBAC. Epistolario familia Henríquez
Ureña. Santo Domingo, Editora Corripio, 1994.
Vicioso,
Luisa A. S. Salomé Ureña de Henríquez: A cien años de un
magisterio. Santo Domingo, Stanley Gráficas y Asociados,
1997.
NOTAS
1.Ésta y las citas que siguen son tomadas de Bonnie S.
Anderson y Judith P. Zinsser. Historia de las mujeres: una
historia propia, Vol. 2, Barcelona, Editorial Crítica, 1992, pp. 178, 138-41,145-70, 160, 182, 394, 406, 409, 479.
2. Camila Henríquez Ureña. Estudios y
conferencias. Editorial Letras Cubanas, La Habana, Cuba, 1982, p.
615.
3. Gabriela Mistral, Recados para América. Mario Céspedes P.; Revista Pluma y Pincel, Instituto de Ciencias
Alejandro Lipschutz, pp. 148-49.
Pedro Henríquez Ureña:
Sociología de Hostos
Chiqui Vicioso:
Eugenio María de Hostos: Otra mirada
Chiqui Vicioso: Hostos, el
periodista
Diómedez Núñez
Polanco: Hostos y Bosch en la dominicanidad
Basilio Belliard:
Bosch y Hostos