Rojo mar, oleaje de sedas
...en redor de tu retrato
con la mirada impenetrable
y esa distancia del gesto
que intuyo era propia de las Doñas
de tu época.
II.
Negra solicitud de la "impureza"
...me interesaste tú, más que tu poesía
porque concebida sin pecado original
me resultabas tan remota de mi
y de todas las mujeres
como jesucristo la primera vez
que se me atragantó la hostia
al darme cuenta de que cargaba en mi boca
su cuerpo y su sangre.
III.
Rosa desatada la brisa que envuelva
...a ti no podía ni puedo cargarte
más que en la conciencia
y para eso tenía y ahora tengo
que volver a tus afanes como hija
"ejemplar" de Nicolás Ureña de Mendoza
Poeta, Abogado de buena reputación
Senador, Magistrado. Maestro y Periodista
y de Gregoria Díaz de León
...simplemente tu madre.
IV.
Naranja ondulando en la blanca doblez
...de ser "nieta y sobrina ejemplar de una tía nana
que ejerció el magisterio
durante sesenta años y no se casó nunca"
y que se aseguró de que aprendieras a sufrir
o si no a sufrir a sobrellevar
tus sentimientos y a controlar
tu emotividad
esa que desde tu infancia
"te hacía llorar sin motivo aparente"
consumiéndote con mi misma enfermedad
aunque Santo Domingo no fuera Amherst
pueblecito cárcel de Massachussetts
para tu menos afortunada colega
la tímida Emily Dickinson.
V.
Cimbreante arcoiris decapitando la palabra...
...los siete poemas que publicó los dió a la luz
como las Bronte, anónimadamente,
porque era impropio para una mujer
preguntar, responderse y volver a preguntar...
"¿Cuántas veces estos pies tan bajos
habrán de destacarse?
- sólo la boca soldada podía decirlo-
trate ¿podría usted remover esta horrorosa cerradura?
trate ¿podría usted levantar las aspas de acero?"
IV.
Verde, rojo, violeta, en el suelo todos los azules
...la diferencia es que tú conociste el amor
más tarde y ya cuando lo conociste otros amores
- la Patria y el Magisterio-
te habían inmunizado contra el refugio
en los mundos interiores responsable
de que de Emily sólo se publicaran siete
de sus mil ochocientos poemas.
VII.
Amarilla conjura de tules...
...ahora que hablaremos de Patria-Salomé
patria no es sólo Salomé la que cantas
en tus ruinas... ¡Patria desventurada!
Patria eres tú y tus largas horas
tus momentos de angustia triste
Patria era tu hijo Pedro
y tu mar (ido) Francisco
Patria es esta cotidianidad menospreciada
estos mundos cuya gloria está
en lo que se les niega de glorioso.
"En seguida trajeron su cabeza en una bandeja,
se la entregaron a la muchacha,
y esta se la llevó a su madre".
Mateo 4:12
CARTA
Me levanté
con la extraña sensación
de querer escribirte
y no saber a dónde
Ya ayer
el eucalipto y las flores
que amarillas me asaltaron
a la salida del Super te nombraron
Eran las mismas
que llenaron tu habitación
durante aquellos días aciagos
Después recordé
que sólo necesité ir
al Conde para encontrarte
volver a subir tus tres pisos
y tocar con la ansiedad de quien regresa
después de la guerra
Zoraida decía
que yo tengo el tocar
de los dueños de la casa
Algunas cosas han cambiado
tu ex-casa
tiene ahora candado
y solo quedan en el balcón
las indestructibles sábilas
El Conde ya no es
aquella vía ruidosa
que tanto te interrumpía
ya la que salías a pasear
como todo buen citadino
en las madrugadas
ahora es una vía peatonal
tal y como lo propusiste
con tarros y matas y mesas
para tomar el helado
el café, o los refrescos
La calle se ha llenado de novios
y es la feria donde
debajo de tu balcón
se reúnen los jóvenes poetas
Sé que desde allá arriba
observas tu acera
convertida en anfiteatro
y te complace
Profesor
Miguelín sigue como profeta
de su tiempo, el pelo
cada vez más rebelde
la niñez escapándosele
en medio de las diatribas
veo en él al hijo
que tampoco tuviste
al hijo intelectual que casi
provoca tu expulsión del Partido
porque ¿a quién se le ocurre
presentarle a Baudelaire y a Kafka
a un niño de catorce?
Zoraida ya no es bizca
y por fin se ha dejado
crecer un pajón
cada sábado almorzamos
y hablamos de lo hermosa
que es la vida... perdón...
pero tu sabes que esto que vivimos
es sólo una interpretación
y que tú estás tan vivo donde estés
como nosotras.
Advertía Carmen
que el que insiste en ser feliz
en una ciudad como esta
debe prepararse para sus represalias
y tenía razón
surge
entre puertas por donde se cuelan
salas pequeñitas con mecedoras
paños tejidos y flores plásticas
para hablarte de una forma
de existir que te es ajena
y por los callejones el olor
a lo que fue te lleva
de la nariz a lo que guardas
como un tesoro que no se puede abrir
porque el aire tiende a desintegrar
lo que conservas o porque le temes
a las cucarachas
pero, volviendo a Carmen
tiene sentido pero no ignoro
que el sentido común es el arma
... de los vencidos.