“Donde hubo  manzanas, acontece el milagro”.
          (Chiqui Vicioso)
        Bruno Rosario Candelier
          Presidente Academia de la Lengua
          República Dominicana
                 
          El presente  poemario, que me complace presentar, tiene la peculiaridad de tener el sugestivo  título Evasiones (1), que la autora  divide en tres partes: Eva-Sion-Es.
          En primer lugar, apreciamos la división del  nombre Evasiones, [Eva/Sion/Es]  generando tres conceptos esenciales: EVA, como nombre de mujer, en representación  del género humano; SION, como nombre de ciudad, en representación de la  sociedad y su organización social; y ES, como verbo copulativo, en representación  de la Divinidad.
           En tal  sentido, el mismo título del poemario me sugiere de inmediato tres dimensiones:  una dimensión social, que tiene que ver con la condición humana; una dimensión  natural, que tiene que ver con la condición cósmica; y una dimensión  sobrenatural, relacionada con lo divino mismo. Son tres lecturas, tres  dimensiones simbólicas, tres vertientes significativas, de las cuales voy a  enfatizar la faceta que, a mi juicio, funda la importancia de estas Evasiones de Luisa Angelica Sherezada  Vicioso, alias Chiqui.
           SION, LA CASA DE DIOS
          La palabra Evasión contiene tres elementos significativos: Eva, nombre de la primera mujer que  signa nuestra cultura; Sion, según  el texto bíblico, es la Casa  de Dios, la Ciudad Santa  de Jerusalén; y Es, forma presente  del indicativo del verbo ser, que representa la realidad esencial de las cosas.
          Con estas Evasiones, Chiqui se evade hasta cierto  punto del mundo circundante y se instala en el Mundo primordial, el Mundo de  los orígenes: 
         
        Libre
             el mar ascendía por llanuras violeta
             no había Sol 
            pero la luz imperaba 
            en aquel Paraíso
            bajo el verde absolutismo
            de un manzano. 
          
          
        Automáticamente,  la referencia al Paraíso y al manzano nos instalan en un espacio primordial, el  tiempo del ab origen, el tiempo de  los orígenes, en ese estado prístino de lo viviente donde aparece Eva, como  fruto de la alianza entre Dios y la   Creación del Mundo. En Evasiones,  Chiqui Vicioso asume la   Creación desde una posición indagadora, con una curiosa apelación  por saber lo que ha pautado su destino, por lo cual plantea:
        Por hálito divino
          Golem encarnado…
          al inicio de su travesía.
        GOLEM, LA DOCTRINA  MISTICA DEL KHABBALAH
          Al  emplear la palabra Golem, la poeta usa un vocablo original de la doctrina  mística de la Khábbalah,  aludiendo con este término a lo que el ser humano puede crear con la palabra.  En tal sentido, tanto la mujer como el hombre, son una hechura de la palabra y  según la concepción cabalista, se entiende que el ser humano es el Golem  ejemplar y singular de Dios.
          Chiqui Vicioso tiene conciencia de lo que dice y,  además, sabe que habla como poeta y, por consiguiente, como voz omnisciente y  representativa, habla de la mujer de cualquier tiempo, lengua y cultura. Por  esa razón, en el recorrido emocional de su propia historia, a través del tiempo  y el espacio, tiene presentes las huellas de las culturas asiáticas, africanas,  europeas y americanas. 
           SILOE, RIO DE LA PURIFICACION
          En otro de sus  pasajes acude a Siloé, que era el río de la purificación que se cita en la  Biblia y, entonces, con un sentido de ascesis purificador, la poeta quiere  reparar el daño y liberar a la mujer del dolor que la subyuga:
        Mi ánfora quebrada
          por la líquida serpiente  que anilla
          sumergiéndome sin anclarme
          en los pantanos de su lodo
          Siloé de este otro  peregrinaje. 
           Este planteamiento  de alguna manera va a permitirle a la poeta adentrarse en el aspecto clave que  estimo fundamental en la valoración de  este hermoso poemario. El sentido lírico,  estético y simbólico, según la intención de la emisora de estos versos, viene  reforzado por referencias lingüísticas, menciones de ciudades y personajes,  alusiones crípticas, connotaciones simbólicas que la autora maneja inteligentemente.  En ese sentido, este es un poemario con una dimensión metafísica.   Esa es  la motivación profunda de esta enjundiosa lírica.   
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          Advirtiendo la  consecuencia del “parricidio del primer verbo”,  por el cual advienen muchas muertes, la poeta,   no es ya sólo amanuense de un pasado  sino representante de una estirpe, la de la mujer (“Soy todas las Juanas”,  dice), asume y recrea a la mujer del Caribe, que  describe así: 
         
        Eva mulata
          de la violenta salvaguarda  de mis ancestros
          sólo heredo el silencio
          de las víctimas….
         
        EXILADA FRACCION DE LO  ABSOLUTO
          Repito la  frase para subrayarla:  “Exilada fracción de lo Absoluto”. Fíjense  en la palabra que usa la poeta, con la que alude a la Divinidad, “fracción de  lo Absoluto”.  Por eso, con la convicción  de lo que es, dice: “Lo que permanece en  mí/ es de lo incierto las certezas”, con lo cual evoca el estigma de una  memoria genesíaca que fragua su dolor y gesta su angustia. 
          Naturalmente,  la poeta halla una salida a su dolor. En todo buen poemario siempre hay  problema y un conflicto, algo que perturba y afecta, pero instintivamente los  poetas ofrecen una salida salvadora al problema que plantean y Chiqui quiere  encontrar una salida a ese dolor, a ese dolor genesíaco, a ese dolor histórico,  a ese dolor ancestral de la mujer. 
          Entonces plantea una alternativa a esa atribulada  condición de la mujer, diciendo:
        Trompetas de Jericó:
          De la risa de la mujer y la  niña
          surge de los escombros del  llanto
          una Quisqueya de azúcar
          un Ayití de pájaros y  soles.
               Liberándose  del estigma que la anula, la poeta siente que puede rehacer el Mundo: “Donde hubo manzanas / acontece el milagro”. 
          Esa es, en  esencia, la tesis que Chiqui Vicioso plantea en este libro, en el que hay  alusiones bíblicas, alusiones antropológicas y alusiones culturales, que hay  que conocerlas para entender su sentido y, sobre todo, su trasfondo traslaticio  y simbólico. 
          
          ROMPIMIENTO CON EL YO
          Una última  consideración que quiero hacer para cerrar esta participación mía, es la  siguiente: este es el primer libro de poesía, de la poesía contemporánea dominicana,  escrito por una mujer que rompe con el yo. A mi juicio, los libros de poesía  que he leído, escritos por mujeres, tienen una atadura, un amarre con el cordón  umbilical, con un cordón umbilical  emocional, que les impide dirigir su mirada al Mundo sin liberarse de sí  mismas. Para crecer como escritora, una mujer tiene que superar esa visión  restringida a su propio ser. Nuestras poetas hablan de su propia historia, de  sus propias angustias y obsesiones, de sus vivencias personales asumidas desde  el yo. El contenido temático de su creación se centra en sí mismas puesto que  es su historia personal. No estoy diciendo que esté mal hacerlo, pero si  siempre se habla de sí mismas, toda su creación, al  estar centrada en su propia vida, carece de  trascendencia y proyección. Las buenas poetas que conozco han roto esa  vinculación con el yo.  ¿Saben ustedes  por qué la poesía dominicana no ha vuelto a parir una poeta de la talla de  Salomé Ureña? Porque las creadoras dominicanas están atadas al cordón umbilical  del yo.
          
          Quiero felicitar a Chiqui Vicioso (3), porque  ella da un ejemplo en este libro, un ejemplo de esa capacidad para asumir un  tema, en el que da cuenta de lo que siente y de lo que quiere, no ya para ella  sino para la mujer o, lo que es lo mismo, para la Humanidad. 
        Bruno Rosario Candelier
          Presidente Academia de la  Lengua
        XII Feria Internacional del Libro
          Santo Domingo, Teatro Nacional, 1º. de mayo de 2008.