Textos y fotos: mIGUELd. MENa
lo HABITACIONAL DESAPARECIÓ EN LOS AÑOS 80 EN LA aVENIDA mELLA. lOS BALCONES CLAUSURADOS FUERON EL INICIO. aHORA LE TOCA ENMUDECER COMPLETAMENTE A EDIFICIOS EMBLEMÁTICOS DE UNA VÍA EMBLEMÁTICA EN EL CENTRO DE SANTO DOMINGO. UNA MUESTRA
Durante más de cuatrocientos años de vida colonial, la actual Avenida Mella operó como la calle del muro que iba desde la Fortaleza de la Concepción hasta e Fuerte de San Lazaro. Desde finales de los años 30 del siglo XX surgió como una de las principales comerciales, gracias a los negocios árabes: a las familias libanesas, palestinas y sirias que ocuparon lo principal de su trayecto. Tuvo dos cines historicos la Avenida Mella: el Apolo -frente al Mercado Modelo- y el Lido. El trujillato le dio realce con la inauguración del Mercado Modelo. Junto a la tradicional Calle El Conde, y posteriormente junto la Avenida José Trujillo Valdez -luego Av.Duarte-, la Mella mantuvo su principalía hasta que la ciudad se expandió considerablemente desde los años 60. Colapsada en los años 80, comenzó un proceso de apropiación de todas las segundas y demás plantas por parte de las empresas que lograban sobrevivir al empuje de una tienda que devoró buena parte de su vida, La Sirena.
En uno de los libros de la "Era de Trujillo" -creo que se llamaba "Monumentos culminantes", encontré la fotografía que aparece a continuación. Es el tramo de la Avenida Mella entre la calle José Reyes y un "cul de sac" cuyo nombre no recuerdo ahora, que luego empalma con la calle Restauración. Se trata de un edificio curioso, porque ocupa toda una manzana. No tiene un diseño especial, aunque la uniformidad de sus dos plantas superiores siempre da una sensación de simetría.
Como me acostumbré a documentar las transformaciones en nuestra ciudad, tomando siempre fotos desde el mismo ángulo, ahora advierto un fenómeno que pensaba sólo se daba con la clausura de los balcones en esta Avenida Mella.
El concepto de "imagen corporativa" en su versión tropical-dominicana tiene un carácter devorativo. Es comprensible la necesidad de almacenes, la cuestión del clima y sobre todo el de la seguridad. Sin embargo: hay un mínimo de estructuras a conservar. Tal vez la pintura sea un consuelo, el problema es el espacio urbano sólo como pantalla, sugerencia, colores sugiriendo lo que alguna vez estuvo ahí.
La Avenida Mella en tiempos de su máximo esplendor: principio de los años 50..
En el 2009 el mundo parecía en orden en la tienda por departamentos Prim. Si mal no recuerdo, en este mismo local operó en los años 70 y 80 un negocio con un nombre que marcó época: "Almaneces Pica Pica, picando los precios". Era sábado cuando tomé esta foto, bien temprano. Por suerte la gracia del vacío...
Abril del 2012: ventanas y puertas han desaparecido. Como el tapiado hubiese sido muy contrastante, entonces Prim se decidió por pintar lo que antes eran esos huecos que, según el Tao, "nos ayudan a usar -con su inexistencia- lo que existe" [perdonen el prosaísmo de la cita, pero es que cito de memoria...]
Entre alambras y pinturas, la ciudad como maqueta. Alguna vez tal vez hasta nos pinten el mar, en caso de que desaparezca...