LETRAS     PENSAMIENTO     SANTO DOMINGO     MIGUEL D. MENA     EDICIONES  

René Rodríguez Soriano
(Constanza, 22 de septiembre 1950)

> Su nombre, Julia

      CORTAZIANA CON LLUVIA Y CHOCOLATE

 

Si una mujer te invita a un chocolate espeso espumeante

insinuando la tarde con mar de albaricoque al fondo

y tú no sabes si mayo o la mujer si la mujer si lluvia

todo poema prometido es una mandarina esdrújula

un voto en vilo un niño mudo en pleno parque

una acuarela sorda o tres cerezas tristes en un trípode

melódico mordaz y el chocolate o la mujer y el chocolate

o la mirada que se filtra por la tarde entra por el teléfono

se derrama indiscreta por las piernas de azúcar

dice algo sin decirlo la lluvia la mujer el chocolate

o el poema quizás el poema tal vez la tierra prometida

o volver a empezar hasta que salga el poema la lluvia

el chocolate la mujer o

 

              MARCO TEÓRICO DE LA SOLEDAD

 

Que una soledad se encuentre con otra

en un texto impreso en circunstancias

anónimas, tiene al menos la nobleza del

mito de la botella al mar.

Gabriel Zaid

 

 

La soledad no está en las calles ni en los parques

ni en la ciudad deshabitada ni en este cigarrillo que se apaga

no está en el sopor de las estatuas ni en los colores

que nos gustan ni en las canciones desoladas ni en el clavo

sin marco en la pared no está en los gatos ni en los puentes

ni en los absurdos pasadizos del silencio ni en el motorista

que casi me atropella

la soledad está en nosotros azuleando el poema

pastando en nuestras fuerzas crispándonos la vida

 

 

               TANTALIA

 

Una mujer en la arena no sabe a sal

la noche en su humedad de sombras compartidas

muda desnudez

alud de amarres

   aguaclara a contrarritmo

voces de susurros que se pierden en encuentros

mujer

   arena

               playa

                           toda palabra es un silencio

todo silencio una palabra

un barco que viene o va

la arena en la mujer

                           las manos

                           la piel

una mujer en la arena

   territorio de luz

   arpa de contracciones

un castillo para construirse y destruirse

tantas veces cuantas

la noche el mar la infinidad y la mujer

prolonguen el poema

 

 

                        ÍCARO CABALGANDO

 

Vengo de ver tu voz tatuada

por mis besos

de oír la luz que posa en la ventana

de tus ojos

soy y no soy jinete de tus sueños

aferrado a la silueta

dulce y cálida de tu aliento

dueño del mundo

timón alado

cuando me nombras

por mi nombre

y remontas vuelo

viajera

                                    golondrina

 

 

                               POSPENÉLOPE

 

En la acuarela de la tarde

desbandados colores

esparcen formas

un lenguaje antiguo

transfigura mi recuerdo

y estás

aunque no eres la misma

de hace mil años

parada en la ventana de mi ser

estás parecidamente a ti misma

aunque no igual

tú misma sentada en el parque

tejiendo y destejiendo

esperándome con el pincel

de tu sonrisa en puntas

bailarina