Es probable que una portada no haya generado tanto escándalo como esta de obras de teatro de Carlos Castro. Pero no se trata del escándalo en sí del público -que en el caso dominicano de muchísimas cosas ni se entera, por esa tan escasa cultura letrada que tenemos... El escándalo se produce por la censura, porque, al igual que en el cine, quien tiene la "última palabra" es el productor, en este caso, el editor. La primera edición de este libro fue hecha por Ediciones Ángeles de Fierro, la única editorial alternativa en la Zona Norte de la Isla. Parece que Ángeles le pareció muy cruda la presencia de un pene en un plato, de manera que decidieron borrarla del diseño original. A Carlos Castro, ante el desaguisado, no le quedó más remedio que hacer él mismo su edición... A continuación presentamos la primera versión. Dicho sea de paso, aparte del tema anterior, era más pequeña en sus dimensiones (10 x 17.5 cms). A la segunda edición se le olvidó borrar el "Por:": ese es un uso ya no usual -y valga la redundancia, de manera que esta primera versión era más eficaz en cuanto a su propuesta visual. |
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