El término que utilizamos, Ciudad Mediata, es un juego de palabras
entre lo mediato, lo que está próximo pero que supone una relación de
término medio (como el nieto entre el abuelo y el padre) y lo
mediático, que supone una relación con los mass media y supone además
una manipulación de la información a través de los signos y los
símbolos para reforzar y promover ideologías específicas.
Si analizamos la morfología de la ciudad veremos que la misma
se va articulando en tramas diferentes que representan épocas
diferentes, desde la retícula colonial hasta, por ejemplo la trama tipo
espagueti de los años de la década del 70 del pasado siglo. A partir de
esa fecha tanto la urbanización formal como la informal
presentan la misma cualidad de no continuar la conexión con el resto de
la trama y de ocupar irracionalmente el territorio.
Tenemos en rasgos generales y a partir del centro histórico , un
centro, unos primeros ensanches, Ciudad Nueva, Gazcue, San Carlos, los
segundos ensanches de la zona norte ofertados a grupos de bajos
ingresos y que en el desarrollo histórico se convierten en los llamados
barrios Pericentrales y un cuarto ensanche, desarrollado a finales de
la era de Trujillo y consolidado a partir de la estampida del centro
histórico provocada por la guerra de abril del 1965 y que en la
actualidad se constituye en el centro comercial y financiero de Santo
Domingo conocido como Polígono Central.
En el marco de esa visión de estratos urbanos es que
entendemos la Ciudad Mediata como aquella que se encuentra entre dos
estratos bien definidos y que presionan y generan su propia dinámica y
como aquella que se ha vendido mediáticamente como una zona
“desarrollada”, en nuestro caso la identificamos con la Zona del
Polígono Central y sus relativas como estratos en Santo Domingo.
Situada espacial e históricamente entre la capa de los barrios
Pericentrales y las propuestas de expansión urbana , formal e informal,
desarrollada en los gobiernos de Balaguer, esta parte de la ciudad ha
sido estudiada y planificada pero los resultados han sido negativos por
falta de seguimiento de parte de las instancias de planificación y de
construcción.
La Ciudad Mediata es una zona que quiere ser pero no es, pues su
identidad es tomada prestada de algunas ciudades norteamericanas y que
siendo asiento de la vivienda de clase media alta, trata de emular el
sistema de vida de las Estados Unidos, conspicuo modelo histórico de
nuestras clases pudientes.
La falla, en un sentido muy abierto, de la Ciudad Mediata es
su orientación hacia el automóvil y la carencia estructurada de
espacios públicos adecuados. Toda la zona se convierte en una calle
atestada de vehículos 16 horas al día; las edificaciones, a pesar de
las normativas establecidas, violan los retiros, las alturas y la
ocupación del espacio público es un denominador común que se expresa en
la utilización de las aceras como estacionamiento vehicular, que hacen
el caminar la zona una tortura peatonal, dándose de la manera más
desfachatada una sistemática privatización del espacio público.
La Ciudad Mediata, de esta forma, se ha convertido en el modelo local
del híper desarrollo urbano para los promotores inmobiliarios, el
modelo estándar es Miami y cualquier territorio es adecuado siempre que
haya una demanda, real o inducida, o posibilidades
de lavado capaces de permitir, a través del
cohecho, construir una torre en la parcela de la Catedral en la Ciudad
Colonial.
La Ciudad Mediata colinda por un lado con la parte conformada de la
ciudad que responde aun a los lineamientos de la ciudad tradicional y
por el otro con la ciudad en expansión. Se comporta como un globo
sometido a tensiones contrarias y equilibra esas tensiones con una
dinámica que reconoce las bondades de la ciudad tradicional pero las
trata de compensar con un espacio hibrido no categorizado, donde se
piensa en términos de imagen (un sitio “bueno”) o de la movilidad (un
sitio central, accesible, pero con deficiencias evidentes en las
ofertas prometidas).
Otra de las características de la Ciudad Mediata es que su territorio
se comporta como un panel publicitario. El espacio de esta zona está
cargado de anunciadores directos e indirectos que “venden” un ideal de
ciudad que nos aleja de nuestra realidad insular y nos acerca al modelo
del “American way of life.”
Esta colonización mediática (referida a los mass media) se manifiesta
en la conformación de unos nuevos tipos de espacios públicos dirigidos
más a los autos que a los peatones. Las plazas y los parques, que
constituyen la oferta tradicional para la ciudad en cuanto espacios
sociales y de ocio comienzan a no tener mucho sentido en un contexto
donde las familias viven encerradas en sus torres de apartamentos y sus
opciones para el ocio familiar se localizan en un club social más que
en el parquecito de la esquina.
Esta nueva modalidad genera un círculo vicioso que se manifiesta con una primera etapa de desuso familiar hasta una etapa final de despoblamiento de los espacios públicos y la posibilidad de que los mismos sean colonizados por la criminalidad, sobre todo en las noches. Además la oferta tradicional de espacio público apenas puede competir con la oferta de espacios sociales mediáticos como las redes de internet, la televisión o la red celular de banda ancha, desde los cuales se pueden realizar actividades que tradicionalmente se realizaban en el espacio real y suponían una movilización hacia los espacios públicos tradicionales, como la compras en líneas, las salas de chats y otras ofertas tecnológicas.
El abandono de los sitios tradicionales provocados por este círculo vicioso, ha producido el auge de los centros comerciales cerrados cuyo diseño cada vez más trata de replicar el espacio público tradicional en un espacio socialmente controlado. Los malls han sustituido a las calles comerciales, la calle El Conde languidece, mientras en la Ciudad Mediata se construyen mas y mayores centros comerciales que niegan el espacio público al que sustituyen por cajas cerradas socialmente controladas.
Este fenómeno supone un reto para los Planificadores y Arquitectos y para las autoridades locales que deben enfrentar la creación de nuevas ofertas de espacios públicos que sean tan atractivos para el ciudadano como las ofertas de los centros comerciales o del espacio cibernético.
Ese es uno de los retos de los Arquitectos del Siglo XXI.
VISITE EL BLOG DE OMAR RANCIER: http://rancier-penelope.blogspot.com/