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LA CIUDAD COLONIAL Y SU ABANDONO MUNICIPAL.

 

EL ICOMOS DOMINICANO

MANIFIESTO 

El viernes 13 de abril, según información de prensa ilustrada en la página 15 del Periódico Hoy (“Reconoce arrabalizan Zona Colonial”) a tres columnas (media página), el Sindico del Distrito Nacional reconocía haber convertido el sitio histórico de las ruinas del Fuerte San Miguel en un vertedero. Con esas declaraciones “dispuso” que otras áreas en igual condición, por abandono, fueran “remodeladas”, entre ellas ese lugar “y otras fortificaciones”. San Nicolás es una de ellas. Es, según esa información de prensa, lo que el ejecutivo municipal considera “el rescate profundo del centro histórico de la capital... transformádole por completo sus espacios públicos”. 

A seguidas, el despacho de prensa indica que “las acciones en los patrimonios culturales son para sustituir el arbolado, el cableado eléctrico, los bancos y mejorar la pavimentación”. Incluso, el Síndico anunció que la fachada de San Miguel será “reestructurada”. Terminó informando que serán reubicados los buhoneros de las inmediaciones, para que no afecten las actividades propias de la Zona Colonial. 

Al lado de esas noticias, otro encabezado informaba a tres columnas (la otra media página) que el “Síndico (estaba) dispuesto (a) ir al Congreso (a) explicar (el) proyecto de Helipuerto. 

La Ciudad Colonial fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 1990, 494 años después de haber sido fundada. Desde 1935 se le realizan intervenciones parciales. En 1955 se le hicieron las más significativas cuando se reconstruyó totalmente el Palacio Virreinal o Alcázar de Diego Colón y se intervino y abrió con un vitral (por José Manuel Barroso), el abside del templo de los Jesuítas, ahora Panteón Nacional. 

Diversos planes, proyectos e iniciativas no han terminado de dar el empuje definitivo hacia una mejor explotación histórica, social, turística y comercial de “la zona”. Actualmente, grupos de jóvenes la ha redescubierto, sin necesidad de análisis retóricos, sólo a base de una experimentación directa, que les ha llevado a apropiarse de los lugares acondicionados para ellos, cercanos a los emblemáticos espacios y edificios que hacen la imagen del Centro Histórico y Monumental de la Ciudad Primada de América. 

A todo este proceso de interactuación social, dinámica y secuencial que se presenta quizás como cíclico, semanas tras semana, se antepone una desidia preocupante por parte de los resposanbles en hacer cumpir las ordenazas de higiene y sanidad urbana dentro del recinto histórico de la capital dominicana.  

El Ayuntamiento del Distrito Nacional está lejos de atender la más importante zona urbana de Santo Domingo, haciendo esfuerzos por intervenir, fuera de su hegemonía, en proyectos y obras que no le competen como entidad supuesta a servir por igual a todos sus munícipes. 

Los ciento cuatro kilometros cuadrados del Distrito Nacional acusan graves deficiencias de manejo administativo. Las cien cuadradas, irregulares por sus formas, que pueblan la fisonomía urbana de la Zona Intramuros, evidencian una torpe pobreza del entendimiento municipal referido al contexto histórico y monumental, al contexto espacial y urbano de las diversas sub zonas que conforman la trama habitacional, institucional, comercial, y de esparcimiento dentro del casco fundacional de Santo Domingo. 

Urge que el Primer Cabildo de América destine recursos y voluntades para paliar y erradicar la sucia imagen de abandono que tiene el Patrimonio de la Humanidad que es la Ciudad Colonial. 

Urge que el Primer Cabildo de América entienda de una vez por todas que sólo la Ciudad Colonial de la capital dominicana, representa el blasón simbólico vivo de más trascendencia urbana en todo el comglomerado hemisférico del continente. 

Urge que el Primer Cabildo de América, en las personas de sus incumbentes, el Sindico, su Presidente, Secretarios y los Honorables Miembros de la Sala Capitular, además de los funcionarios medios, comprendan e interpreten correctamente la importancia inigualable que tiene la Ciudad Colonial de Santo Domingo, referida al contexto histórico del mundo y al de la propia ciudad capital dominicana en su actual extensión. 

Urge que ya por fin, siete años después de haberse iniciado el siglo XXI, el Primer Cabildo de América disponga no de palabras, sino de acciones permanentes, sostenidas, viables y coherentes para el beneficio de la Ciudad Colonial. 

Urge que el Primer Cabildo de América, no se complique innecesariamente con iniciativas que no le competen, que evite entrar en conflictos con instancias ajenas a su principio existencial y que se concentre en devolverle a los ciudadanos su confianza por toda la ciudad y en ella, por la Ciudad Primada de América, por el Centro Histórico de Santo Domingo... por la Ciudad Colonial. QUE YA BASTA DE ANUNCIOS, QUE EN LA CIUDAD COLONIAL SE NECESITAN ACCIONES POSITIVAS y que el ICOMOS DOMINICANO ESTA EN LA MEJOR DISPOSICION DE COLABORAR CON EL PRIMER CABILDO DE AMERICA para devolverle el esplendor heredado a la Ciudad Colonial.