Francis Mateo
[Francis Mateo es un un creador dominicano residente
en Nueva York. Actor, poeta, narrador, performero, pertenece a los
mejor de las noches en los Heights. Puede verlo y oírlo si presiona aquí]
He’s dead,
or so I’ve heard.
He has become ether,
or something to that effect.
I’ve heard the news this afternoon.
He had become the golden shaft
that dresses the bottles of rum.
It is said that whenever
a bottle of rum gets open,
You can smell his breath
He’s dead…
He wanted to believe so bad
In the truth of his universe
In the morro beach
In the Añejo Ron Superior
El murió, murió masticando un buche de ron. En un car wash manoseando una morena que se lo iba a “dar to’”
La noticia se regó en una hemorragia virtual, Twitter silbaba tantas
letras que se había perdido el cómo y el cuándo de su muerte. En el
Facebook se tejían telarañas en los posteos que llevaban su nombre,
llamadas, e-mails. “No jodas” “Quien? El Cañemo?” expresiones como
estas eran palpables en cada rincón donde fue conocido. De repente los
medios tecnológicos-sociales se hicieron eco de una carta que flotaba
en el ciberespacio huérfano y con letras que más que un poema parecían
lágrimas de alambique.
Adjunto a este derrame cerebral de palabras tratando de ser elegía se
encontraba una post data: “Acompáñanos a la procesión que lo despedirá
por todo lo alto. La fiesta fúnebre empezará a las 11am, Febrero 27 del
año en curso. Frente al Parque Independencia, Mao, Valverde.”
Ya para las 11:30am las calles estaban llenas de personas que llegaban
desde zonas aledañas, barrios, pueblos, y el extranjero. No sé si la
gente llegaba porque lo conocían o por la conmoción que causó su muerte
en las redes sociales, cualquiera que fuera la razón aquí estaban
todos congregados.
El carro fúnebre estaba listo con un gran cajón de madera verde olivo
que se postraba en su derriére, solo faltaba Ca'litos Bonilla liderando
la marcha bajo su gigante sombrilla negra esquivando los rayos solares
de este pueblo tan seco y caluroso.
Con todo y el calor, el ron se bebía en este sepelio como si se fuera a
acabar. Se dice que no quedó una sola botella de Brugal en los
estantes de los colmados y supermercados, se llegó a decir que la
familia Brugal le había mandado una placa al síndico de Mao felicitando
a la comunidad por su apoyo desmesurado hacia la compañía, pero eso es
solo chisme de patio. Pues bien, conglomerados todos, marchando Duarte
arriba entre cuentos, risas, y un canto a golpe de perico ripia'o que
decía:
Se murió El Cañemo
por allá por Dajabón.
Quién lo diría? sí señor
con una morena y un trago ‘e ron
el cañemo se murió
La procesión continuaba con su alegría funesta, a pico de botella
rumbo al cementerio. Muchas de las personas que no se habían enterado
por falta de acceso al internet, vagancia u otra razón lógica y
prudente, salían ahora de sus casas, algunos a medio vestir o que
recién despertaban de sus siestas debido a la conmoción armada en la
calle.
Todavía se cuenta (y no soy quién para decir que es exageración) que
cuando la marcha fúnebre-gozosa iba por los predios de la Farmacia Mao
no quedaba un solo habitante de la ciudad en sus casas. Damas con
rolos, en batas y chancletas arrastraban sus hijos a la marcha fúnebre.
No se sabe si los niños lloraban por el Cañemo o porque los forzaban a
salir de sus casas bajo aquel bárbaro sol.
Mientras más personas se unían a la marcha, más se exageraban las causas que le dieron muerte al Cañemo,
-“Loco, se fajó con tre’ y lo apuñalian po’ la epaida, jijo e su mae”
“Tú sabes los que es eso? resbalarse con su propio vomito en el baño
del prostíbulo y romperse la nuca, pero y quién lo mando a coger pa´
llá tan lejos?”
“Ay muchacho! un cuero lo degolló como un pollo de vivero”
Entre trago y trago, las medias verdades y mentiras, y el sol que
tejía sudores en las frentes, el ron le daba una capa mística al
desfile de penas.
Al lado de la carrosa fúnebre iba un Daihatsu cama larga, color rojo,
con un conjunto típico rompiendo el sol con sus repiques:
Se murió El Cañemo
po’ allá por Dajabón
ni la guaidia ni la policía
supieron nunca la razón
Ay! El Cañemo se murió!
Anestesiados por el ron y un sol que les susurraba en los rostros, los
dolientes seguían en su marcha. A varias cuadras se veía el
cementerio. Nada se movía en este pueblo, ni las hojas de los árboles,
ni la poca aguan en las cunetas, solo la gran masa fúnebre yendo hacia
la despedida.
Ya en el cementerio no había un lugar que no estuviese ocupado por un
ser humano vivo, los más jovencitos se subían en los mausoleos para
desde lo alto tener mejor vista del teatro en masa que se llevaba a
cabo.
A falta de un sacerdote, dizque porque toda la congregación marchó
hacia Punta Cana a un congreso especial convidados por el papa en
turno. Se buscó voluntarios que hicieran la función de sacerdote para
el sepelio. Se escogió un señor que atiende un puesto de yucas cerca de
donde estaba Radio Santa Cruz, ya que el dijo haber sido monaguillo
cuando pequeño; cuando las misas eran todavía en latín.
Según los recuerdos, antes de decir las últimas palabras le fue cedido
un chance a “La K”, el famoso rapero del Pilón, para que recitara par
de versos, ya que era muy amigo del Cañemo. “La K” reapareció entre la
multitud, lánguido y encorvado, con una gorra de medio lado de los
Yankees de Nueva York y una botella de ron blanco que agarraba por la
nuca como si fuera un micrófono. Alguien no sé de dónde sacó un radio
portátil el cual tocaba una pista para que “La K” desenvolviera su
flow:
One, two, one, two
Aquí comenzó el tripeo
Súbeme el volumen
Mujere, ajutence lo´ blumen
Ete Brugal ta cruito
Pero hay que bebérselo como si fuera Domingo
Tú sabe a pico e botella y alpasito
Como se agarran lo mango bajito
Eto no e vaina de maquillaje y delineador
Eto e´ pa´ llorar y beber ron
Eto no e´ vaina de Emo
Ete e´ el entierro del Cañemo
One, two, me doy un trago e´ ron
Blanco, pa´ que se me quite el e’panto
Toy inquieto porque El Cañemo va bajando
Y el pote e´ ron se ta´ acabando
Quiso vivir como político, del ocio
Sin saber que lo cueros son un circulo vicioso
Coño, el Cañemo un tipo full de gozo
le gustaban las parodias de Laura Bozo
Cañemo te guardamo luto en el Pilón
De aquí vamo' pa' lla a comer butifarra y salchichón
el sol 'ta bajando y se acaba el ron
que barbaridad y no amanece, si solo son las dos
Oh, Margó! Cuanta tristeza
Quisiera seguir improvisando
Pero me ta´ dando tremenda pereza
Sepan que si hay ron yo sigo metiendo mano
Guay mi mae! La tercia se ta´ acabando
Ay Dios! cortaron al Cañemo en lonja
Esta es mi elegía a mi forma
Le paso la batuta al ex-monaguillo guillao de monja
Con esta “La K” se dio un trago de romo y se perdió entre la multitud.
El ex-monaguillo recitaba su despedida abrazando una chata de ron
mientras rezaba una poderosa oración en latín que arrancaba lágrimas,
coñazos y largos tragos a los que allí estaban presentes. Ha quedado en
la conciencia del pueblo que ese día lloraron hasta los muertos, que
se escuchaban quejas que provenían de abajo de la tierra.
La osadia de contar esta historia vino de una anecdota que salió de
los labios de Papito "la Saba". Jugábamos domino en su pulpería y nos
dijo, "Cuando bajaban el ataúd a su destino final, El Cañemo en vida
entró corriendo por el portón del cementerio, gritando que no estaba
muerto. Preguntando que qué pasaba y qué significaba toda esa bulla.
Nadie parecía escucharle y menos verle. Gritaba y gritaba y nadie le
ponía atención solo bebían y lloraban. Según Papito "la Saba” la gente
se marchaba con la misma tristeza con que llegaron y solo quedó El
Cañemo sobre su propia tumba fresca gritando, “Coño que yo ‘toy vivo.
No jodan coño partía de mamaguebos”.
Le pregunté a Papito por qué si él lo veía y lo escuchaba no le
respondió ni le hizo caso, su respuesta fue: “Yo había bebi’o mucho
romo ese día y pensaba que era El Cañemo muerto que había salido pa’
llevarme pa’l carajo. Ay ñeñe! Yo no iba a caer en esa, yo tengo una
familia que mantener.” Charlie "El Maestro" que jugaba Domino con
nosotros se embico de su cerveza miro al horizonte y se le oyo decir,
"bueeeeehhhh!"