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LA NATURALEZA HAITIANA
Arq. Didier Dominique

Sinopsis:

La cultura haitiana conlleva una especificidad particular: la de ser totalmente orgánica con la naturaleza. A todos los niveles apropiándose de ella, la integra totalmente a su propio funcionamiento humano y así con todo tipo de producción espacial consecuente.

De ahí que los caminos para acercarse a ella deben de no sólo tomar en cuenta este hecho sino también ayudar a desarrollar nuevos conceptos dónde la cultura ya no es sólo costumbre, expresión, ‘forma', sino también – y antes que todo - agente, territorio.

Así “declarado vivo”, el Patrimonio Natural viene a ser Cultura.

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Introducción:

Antes de dirigir la sección del Inventario de Monumentos y Sitios en el Ispan (Instituto de Salvaguardia del Patrimonio Nacional – Haití), fui parte del grupo que hacía el inventario de sitios turísticos en general y, dentro de ellos, los naturales...

Este camino, además de visitarlos, me llevó, luego, a “experimentar”, en esos “sitios naturales”, prácticas diversas de actos culturales que, poco a poco, aprendí a entender más y, empatándolos luego con monumentos y otros sitios históricos, vinieron a cobrar total vida particular, dando lugar entonces a unas reflexiones propias.

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Esencia:

El Vodou, en Haití, no es sólo religión, no sólo es cultura (a/de distintos niveles), sino también organización, de lucha, de vida cotidiana…, igualmente de cosmogonía, envoltura global de sociedad.

Por otra parte, su práctica no sólo engloba a todos los aspectos tanto espirituales como físicos sino que los dinamiza todos: los anima ( ánimo, animal, alma )… Con la danza y el trance, se tratará entonces de vibración, de fase, de comunicación amplia… y, basada en lo colectivo histórico (ancestros), la trascendencia así conseguida pretende ser total.

Relaciones:

Por el tan amplio desplazamiento que sufrieron los esclavos, la Tierra, entera, viene a ser el primer Patrimonio Humano. Primera naturaleza a transformarse en humanidad. El concepto “Nan Ginen”, se refiere al lugar-memoria (Guinea, África) pero, trascendiendo rápidamente esos límites físicos, a un estrato cósmico, no físico en realidad (a la muerte, el alma, pasando por debajo del agua, en una travesía de inerrables cuentos, se dirige hacia “Nan Ginen”, hacia la unidad con las almas de los ancestros – ‘persona' se dice ‘moun',  mientras que el nombre de ‘la sociedad', incluyendo vivos y muertos, se dice ‘mountu').

“Por debajo del agua…”  - Precisamente -  Entonces: el Mar… (Debajo del mar… y sonidos  apropiados – tocan los funerales encima de jarras de arcilla llenas de agua.) La travesía, aquella de los esclavos: condición humana única. El mar y nosotros.

Cruce de la historia: el mar, de los Indios Caribes, territorio-unidad de la región, nombrándola, cuando la tierra era un obstáculo. El mar y nosotros de Carimos.

La Resistencia:

El mar dándole a las costas: nuevo territorio.

Toda la relación colonial se plantea allí. Tanto las aldeas indígenas como las ciudades europeas de América y los arribos de los esclavos mano de obra.

Adentro: la resistencia. Otro espacio, otro territorio. Del repliegue de los indios Enriquillo, Tamayo… al refugio de los cimarrones africanos… de los ejes de resistencia a las superficies de guerrilla… quedan en Kiskeya las construcciones de la formación del territorio de resistencia dando lugar a la victoria: entonces volumen.

De ésta secuencia, las cuevas vienen a representar otra huella de la superposición que nos toca desarrollar: el Patrimonio Natural y Cultural. No sólo por los petroglifos, arte rupestre u otros testigos arqueológicos allí encerrados sino también por el espacio construido que inician, hecho de redes, áreas, conocimiento, profundización, dinámicas estratégicas, lógicas de formación de nuevas sociedades.

Cuevas, y desfiles, pero igualmente selvas. Hoyos entonces sin fondo, vientres del ser haitiano. Por y para eso: “Gran Bwa” el lwa (divinidad) de de la selva. Gran Bwa / Kalfou / Simityè (Selva / Cruce / Cementerio): los tres lugares / momentos claves de la iniciación vodou. Testimonio de la preeminencia de ésta relación.

La Cultura:

Una vez adquirida, la libertad servirá de trasfondo / asiento para la puesta al sol de las luchas clandestinas. De allí una relación estrecha entre los fuertes y el sistema defensivo global que se erigirá y la “naturaleza”, entonces totalmente humanizada. Rascacielos de la utopía, son testimonios de esa construcción territorial dónde la morfología espacial natural viene a expresar producto humano.

Fuertes, pero también charcos (de Ogún) recordando así la guerra misma y el éxtasis que conlleva.

Saltos, y arco-iris infinitos cuando, al darle el sol a las gotas estafadas, salen cómo aureolas. Se dice que allí, queriendo acompañar la victoria finalmente conseguida y con el pueblo celebrarla, apareció la virgen.

Cuevas, selvas, cruces, montañas, charcos, chorreas… … una multitud formando el territorio de ésta nación. Historia de la “Naturaleza hecha Hombre”, durante el año entero, los peregrinajes entonces proponen la articulación de éstas distintas esferas: la práctica ritual del espacio, por el espacio, no sólo “hace recordar” (no sólo ‘estampea' cada vez), sino que, al mismo tiempo, sigue produciendo el espacio social.

Así declarada viva (‘ser viviente'), la Naturaleza viene a existir como Patrimonio Cultural en su pleno sentido, dinámico, participando del arte mágico que nos fundamenta a todos.

Lukuo, primer hombre de la cosmología taina, nacido de las estrellas, da lugar a Loko, lwa de la articulación cielo-tierra, espíritu del conocimiento y de su transmisión, receptáculo de la energía: árbol.

Los árboles:

Elemento ‘lugar' (en Haití, cada lwa tiene a un árbol de “reposoir”, sitio), establece la correspondencia energética y, gracias al ‘conocimiento' y el ‘reglamento' (metodología), prospicia el ‘bienestar'... Se tratará entonces de ciencia y, más precisamente, de tratamiento, de medicina pero también de atadura orgánica (al nacer, se le entierra el cordón umbilical del niño y allí se siembra un árbol).

Sico-somático, el tratamiento, por su mística así inherente, propone incluir a todas las relaciones. Punto último de nuestro acercamiento, el árbol, por su multiplicidad y la expresión afirmada de su papel generalizado, hace omnipresente, como el oxígeno en el aire, la relación Naturaleza-Cultura / Patrimonio.

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Contradicciones:

Traté de introducir, vivos, algunos espacios, reales, que me organizan a mí. Me queda de incluir una estética propia.

Eso no va sin contradicciones: ¿será el fuerte colonial francés a ‘restaurar' o la ceremonia a Agwe que sublimar? Sobre todo cuando uno interioriza, poco a poco, que la última se debe de celebrar encima del fuerte precisamente destruido… Veamos como los pastores protestantes destruyen la ecología, con su proselitismo desplazado. ¿Cómo favorecer el “turismo” si la casi totalidad de los sitios naturales - Patrimonio Natural - son espacios místicos, históricos, sociales - Patrimonio cultural - ?

Artistas del mundo entero, Coltrane, Mercedes Sosa… han sabido captar la humedad del cuerpo social. ¿Cuál será la palabra, el trazado… de la Restauración?

Port-au-Prince, Haití                                

13 de julio de 2003