LUIS DÍAS: EL GRIOT DE LA FUSIÓN MUSICAL DOMINICANA. (Tomado de "¡ÉCHALE GAS! LUIS DÍAS, NOCHES INSULARES", publicado por Ediciones en el Jardín de las Delicias, Santo Domingo-Berlín, 1998.)
DIÓ-GENES ABRÉUl
 
El cantautor y musicólogo dominicano Luis 
Días acaba de lanzar al mercado su más reciente producción discográfica. La 
misma lleva como titulo El Accidente y consta de diez composiciones originales 
de Días con arreglo musical y letras del mismo autor. La mayoría de las diez 
canciones que componen el disco se centran en la fusión del rock/blues con la 
bachata; incluído hay un merengue a base de guitarra, lo cual nos devuelve hacia 
la instrumentalización originaria de ese ritmo musical; la canción „En tu día, 
madre“ nos revela al Luis Días niño rogando, con desenfrenada ternura, por la 
protección materna, así como también —en la vocalización y ejecución de la 
guitarra — nos remonta a los días cuando él cantaba con el grupo 
Convite.
Como siempre, en El Accidente, Días nos ofrece un producto musical 
atrevido y capaz
de empujar las fronteras de la fusión de las variantes 
musicales dominicanas con otras expresiones rítmicas. Esa ha sido una de las 
características de la creatividad de Días: mantenerse tan a la vanguardia 
musical que algunos simplemente no logran encajar su producto dentro de las 
normas tradicionales y tienden a rechazar lo que el ofrece. Con esa actitud, 
Días se sitúa en el mismo campo de aquellos que, como los raperos del ghetto, 
transgreden las fronteras del mercado para impregnar sus propias expresiones a 
las generaciones presentes y futuras. Días ha sido un productor de legados, pues 
son bastantes los músicos dominicanos que han sacado partido de lo ofrecido por 
la escuela creativa formada por Luis Días. Como ejemplo de esto, tenemos a 
músicos como José Duluc, Tony Vicioso, Manuel Jiménez, Juan Luis Guerra, Roldán, 
Víctor Víctor, Xiomara Fortuna, Sonia Silvestre, etc.— para mencionar sólo unos 
cuantos.
Luis Días es, sin lugar a dudas, uno de los musicólogos mas 
completos e importantes que nos quedan en la República Dominicana en la 
actualidad. Su trabajo musical se expande desde la elaboración tonal y 
rítmico-expresiva de lo que es su personalidad sico-social, hasta la 
recopilación, re-elaboración y rescate de lo que son nuestros más 
característicos elementos musicales como pueblo. Su producción nos expresa como 
grupo humano herederos de un mixto arsenal rítmico-tonal aportado por las 
culturas taínas, africanas y europeas. Aunque su particularidad expresiva 
(elemento biógrafico) siempre esta presente en su música, la importancia 
sociológica del trabajo de Luis Días es que no se desconecta de lo que fuimos y 
somos. Su producción es un puente que comunica nuestros pedazos de historia con 
el presente inmediato y el futuro. De ahí que la urbanidad diaria en que nos 
desenvolvemos los dominicanos siempre está contorneándole las caderas a las 
melodías shamanísticas creadas por Luis Días. La voz blues-rockera de su 
guitarra se mezcla con el garganteo urbano que sólo músicos como Luis Días 
pueden convertir en resurrección del canto pueblerino de nuestro ayer. La 
calidad de la producción artística de Luis Días ha sido lograda a través de 
muchos años de investigación directa en las comunidades dominicanas de las 
ciudades que, a pesar del arropo de la música comercializada, siguen practicando 
y preservando tradiciones musicales que datan de antes de la intervención 
europea en este continente. No ha de sorprender entonces que en las canciones de 
Luis Días uno se encuentre con ritmos y jaleos africanos entretejidos con 
orquestaciones vocales derivadas de servicios religiosos de influencias 
europeas. El efecto es una grandiosidad rítmico-vocal que rinde homenaje al 
campesino que emigra hacia la ciudad y se ve obligado a urbanizar su canto y 
celebraciones mágico-espirituales para incorporar sus nuevas vivencias 
capitalinas. El toque embrujador lo pone la potente personalidad artística de 
Luis Días, quien obviamente ha sido abrazado por la ternura melodiosa del blues 
y rock metropolitanos. Sus solos de guitarra eléctrica no tienen nada que 
envidiar a la maestría de Carlos Santana o Chuck Berry, o a las fusiones hechas 
por Pops Staples y John Lee Hooker. El trabajo de investigación musical de Luis 
Días tomó rumbo antropológico cuando, en los años setenta, era miembro del grupo 
Convite. Hasta ahora, dicho grupo ha sido el más importante y completo proyecto 
de estudio músico-antropológico realizado en la República Dominicana. Desde ahí 
el trayecto profesional de Luis Días ha sido marcado por su incansable espíritu 
innovador y por su empeño en preservar lo que el llama „la herencia musical de 
las próximas generaciones“. Esta herencia incluye canciones como „Baila en la 
calle“, que fuera usada como el tema del Carnaval Dominicano del 1984, y que 
grabara y popularizara Fernandito Villalona; además incluye la canción „Mi 
Guachimán“, grabada por Sonia Silvestre; así como otras canciones grabadas por 
los merengueros dominicanos Sergio Vargas y Kaki Vargas, y también los salseros 
puertorriquenos Michel Stwart y Mark Anthony. Fue Luis Días quien, a principios 
de los ochenta, asumió y trabajó la bachata como una expresión musical urbana e 
importante para el patrimonio cultural dominicano. Lo hizo mucho antes que Juan 
Luis Guerra y con más respeto por los músicos que habían preservado la bachata, 
a pesar de la discriminación contra ella. Esa actitud de Días la desconocen 
hasta muchos de los bachateros que hoy hacen miles de dólares tocando dicha 
música.
Como el Griot africano, Luis Días es el diarista dominicano por 
excelencia, cuando se trata de registrar el aspecto vivencial del sujeto urbano. 
Todos los interesados en oír y sentir las vibraciones de uno de los mejores 
músicos dominicanos y estudioso preservador de nuestros ritmos, deben buscar el 
disco compacto El Accidente, de Luis Días. Estoy seguro que, al finalizar de 
escuchar el mismo, coincidirán en que el merengue y la bachata son sólo los dos 
géneros musicales más comercializados, pero no los únicos que identifican la 
riqueza musical de la República Dominicana. Eso se lo puede demostrar Luis Días 
a cualquiera: le sobran la formación y el talento para hacerlo. En él nuestros 
ritmos son pasiones que no han de morir!