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EL  FESTIVAL DOMINICANO DE POESIA:  17 RECOMENDACIONES MARTIANAS

Chiqui Vicioso

 

 

1.-He seguido con sumo interés la posición dominicana en el exterior sobre el cese de la especulación por el mercado de los productos alimenticios, (indirecta recomendación al poderoso sector financiero nacional), en un planeta con capacidad  no solo de alimentarse sino de nutrir a toda la galaxia sideral, pero donde mas de la mitad de la población mundial se muere de hambre.

2.-¿QuÉ tiene esto que ver con los Festivales de Poesia?  Mucho, si quienes intentan regir el pensamiento poético nacional son  altos funcionarios y relacionistas públicos precisamente de esa máxima expresión del mercado que es la banca. 

3.-En una época donde el mercado (y los bancos como su máxima expresión) han intentado –desastrosamente- convertirse en la ideología predominante, degenerando irónicamente en una doctrina que reniega de los “grilletes doctrinarios”, mientras impone los suyos; maravillosa época donde la humanidad reacciona con indignación y lucha por restituir las ideas donde corresponde, en la Republica Dominicana tenemos que padecer los resabios “poéticos”, “a-ideológicos”, de escritores que enarbolan los anacrónicos postulados del arte por el arte, o del predominio "de la forma" sobre el contenido y las plantean no en la privacidad de sus oficinas, sino en eventos que todos/as financiamos, de manera exclusiva y excluyente.

4.-Por las generaciones futuras y para los futuros Festivales de Poesía, me permito resumir algunos presupuestos poéticos de José Martí, a propósito de un ensayo denominado “Defensa de la Poesía-vida”, del poeta José Mármol, presidente del Festival Dominicano de Poesía, publicado el pasado sábado 15 en Areito.

5.-Celebro la publicación de este ensayo y lamento que no se haya dado a conocer antes, porque pudo servir de preámbulo para una fructífera discusión sobre el quehacer poético en nuestro país, que antecediera el Festival, elevando sus aportes a algo más que  lecturas de poemas, o conferencias puntuales.

6.-Para contribuir a lo que pudo ser ese debate, voy a utilizar los escritos de José Martí, padre del Modernismo poético en Hispanoamérica, y a su vez gran estudioso y traductor de Víctor Hugo, “fuente obligada y viva de sus desarrollos estéticos y su originalísima poética”, (Carmen Suárez,  José Martí y Víctor Hugo:  en el fiel de las modernidades).

7.-Víctor Hugo no solo fue el poeta por excelencia de Francia, sino también un hombre que se pronunció  a favor del pueblo mexicano en los días de la invasión de Maximiliano; exaltó la memoria de Simón Bolívar; y apoyó la guerra independentista cubana contra España.  Su poemario “Castigos” (una feroz denuncia contra la dictadura de Napoleón III), y su activo rol en La Comuna, lo convirtieron en lo que Francia considera como la encarnación de los principios más altos de la nación.

8.-Ciertamente la poesía es un acontecimiento radicalmente estético (Estética: teoría de la sensibilidad, facultad de conocer), pero no existe una única definicion de lo estético.  José Martí, en un texto fechado el 31 de marzo de 1872, critica al poeta español José de Espronceda por su “incapacidad de cantar lo mejor del  hombre y ponerse a su servicio”, y se pregunta:  “Bellísimos versos, amargas y a veces verdaderas reflexiones, revelación de un  alma poderosa, en medio de todo lo más asqueroso y repulsivo que la sociedad actual encierra, ¿es eso poesía?”.

9.-Planteando que para el o la poeta lo esencial no es “ni el utilitarismo iluminista”,  ni la “desesperación romántica”, sino "el ejercicio de un espíritu de servicio y de una creación poética a favor de la humanidad y de su adelanto moral y material”, Martí adopta los postulados de Víctor Hugo y considera como modelo ideal de poeta "al vate que cumple la misión a lo que lo compromete su talento, que es la tarea de mejorar el mundo”.

10.-Mejorar el mundo y “salir a la búsqueda del corazón universal”, generando, según  Martí, las “ideas madres” que mueven el siglo y que requieren del, o la poeta, una “prescindencia de si”, es un  proceso donde la poesía no es solo una estética de “la forma” (como defendiera el poeta Eluard, mencionado por Mármol), sino la creación de un texto artístico donde existe un nexo indisolube entre forma y contenido, entre el significado y el significante.

11.-¿Tiene la poesía una tendencia ideológica?   ¡Gracias a Dios que si!  Martí nos denomina como “Caballeros de la Paz”, “Nuncios generosísimos de una época magnífica lejana” donde, añado, son el hombre y la mujer (somos hijos e hijas de mujeres, no de  hombres, querido poeta) quienes pensamos la poesía, la creamos y sobreviviremos en otros seres humanos, para seguir recreándola.

12.-Y, es la sola misión del poeta “llevar la poesía a los hombres”.  Hugo y luego Martí deslindan lo que son “poetas en verso” de los “poetas en actos”, otorgándole primacía a los “poetas en actos” como la “culminación de lo humano”, tomando partido por lo “concreto humano”, que los “aparta de las abstracciones ideales”.

13.-Tanto Hugo como Martí trasgreden los llamados géneros clásicos y logran la meta estilística de todo poeta que se respete:  recrear el lenguaje.  Martí, en particular, supera las limitaciones de las Escuelas, perpetuadas en clichés y superficiales repeticiones, para adecuarlas a una poética de Hispanoamérica.  En su libro sobre Shakesperare, publicado en 1864, formula su ética y estética como “lo bello al servicio de lo verdadero”, parafraseando a Hugo:  “Ser útil y bello, he ahí lo sublime”.

14.-Después de Hugo los poetas de Francia se alejan de el para proclamar el arte por arte, que niega los nexos entre historia y poesía, entre ética, política y estética.  Parnasianos y Simbolistas también influencian la obra de Martí, quien admiraba sus logros formales, pero a diferencia de muchos de nuestros poetas, él se aboca a la creación de una síntesis de esas poéticas para crear una escritura que “conecte de manera intrínseca frase y pensamiento”, convirtiéndose en “un pionero del discurso inaugural de lo americano” (Suárez).  De ese modo, Martí  evita lo que Hugo definió como parálisis estética y auna, de manera simultánea, una reflexión sobre el lenguage con una reflexión sobre la época, iniciando una tradición poética que, en el caso de Martí, era anticolonial e insurrecta.

15.-Martí diseña y propugna por una estética de la Americanidad, acorde con las necesidades de creación de nuestro continente, poética que se impone y es adoptada por nuestras vanguardias:   Gabriela Mistral, César Vallejo, Pablo Neruda y Julia de Burgos, entre otros y otras;  estética que tiende “a fundir lo épico y lo lírico”, en una poesía donde se aunan lo personal y lo colectivo”.  Don Pedro Mir es  en nuestro país,  su máxima expresión, felizmente insuperada.

16.-Como ha sido afirmado por el tan citado Henri Meschonic, la poética de Hugo (y la de Martí) está fundada en una ética, que “mantiene su actualidad en la medida en que impone una relación entre la poética, la ética y la política.  Relación estructural que supone la integración del sujeto poético, político, y ético de manera inseparable” (citado por Suárez).  Meschonnic también afirma que “excluir a Víctor Hugo de la modernidad, como ocurrió en la literatura francesa, es obviar una practica poética en que interactúan la historia, la poética y la ética, privilegiando la línea Flaubert-Mallarmé a favor de un discurso poético despolitizado, donde no alcanza ni se oye la voz del hombre común y de la colectividad”. (Meschonnic, Henri.  “Víctor Hugo pour la poetique aujourd’ui, Paris, 1985, pp.286-304).

17.-¿Qué persigue un/a poeta?  Que, como en el caso de Hugo y Martí, nuestros poemarios se inserten en la vida nacional de nuestros países y se conviertan en textos vivos.  ¿Es esto “atrofiar la trascendencia intrínseca de la poesía e imponerle mancuernas ideológicas y grilletes doctrinarios”?  Como “ganado tengo el pan” y no vivo “entre sumas hilando y resolviendo cifras”, respondo con estos versos de  José Martí: 

“A mi modo brutal, un modo manso para los infelices e implacable con los que el hambre y el dolor desdeñan..., yo respeto la arruga, el callo, la joroba, la hosca y flaca palidez de los que sufren”.

                                               Poema “Bien, yo respeto”, de José Martí.