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POEMAS.

Celio E. Pichardo
pichardo@temple.edu


                                                           Para Anaísa Pye
                                                                                                              Metresa Musa

POR LA RIENDA

Al desmontarme lentamente de mi cuerpo
reviso el aparejo
La montura cuenta en los misterios
y la alforja
auque escasa es siempre llevadera
El potro es lo de menos sobre los cuarenta
Se alimenta y muere
o muere y se alebresta
con un beso del potrillo desbocado
o se despoja
con la desposada mano y patea leve
contra el suelo
El caso es que me lleva cada día
Lo del arnés lo debo todavía
la fusta es mía
como también lo es la espuela bota

Al desmontarme lentamente tal vez alguna
ocasional palmada
o la gratitud de alisar una crin desaliñada
y un contemplar ligero
la filigrana ecuestre o la improbable hazaña
de apearse
como si nada después de un largo viaje
Después del viaje en que sólo queda
recuerdo de camino
el lamparón de sudor como pechero
o como tinta
bajo la albarda o sobre el lomo blanco ahora
algo mugriento renegrido
El apero lo guardo hasta mañana
Con luz y relincho
otra vez monto mi bestia



Para la autoridad pertinente

Poema inmediato

como ciudad perdida como devastación
como muerte sin venganza
            escribir sin remedio
apelando al cinismo más bajo que no tengo
soy ingenuo a veces
            y me pregunto
qué hacer con la tirria que ahoga qué hacer
con la inanición en el alma
            también soy moderno
y lloro asunto de muerte y entretengo verdades
tan podrido por dentro
            con tanto repudio en los huesos
cómo escribir lo inmediato como si no fuera cierto
cómo tantear de bruces
            la ciénaga de un arte de muerte
tal vez arengar a las ratas para que nos coman el cuerpo
procurar una sed de letrinas
            boyar panza arriba
como un puerco muerto como un poema distante perfecto
o tal vez ahogar el poema
            como una ciudad entera
simplemente escribiendo sin remedio hasta el desahucio
a sabiendas de que no hay muerte
            que valga en el poema       
sólo un amor que odia de repente con ganas de muerte
Paseo por el parque

He vuelto al parque con mi afán copulativo
            en el preciso instante de mis definiciones
del esto es esto y lo demás no importa
            como bien lo manda el nubarrón
de lo perdido
            En la hora naranja entre el sol y la luna
explayar el desencuentro entre el afuera y el adentro
            con la fijación de una maqueta de cartón
podrido
            y el estrabismo de unos ojos que miran
una estatua
            como si mirasen arrechos algún pubis
Es la esquizofrenia del recuerdo en pedestales
            para el bronce de algún viejo suspiro
He vuelto a este conglomerado de esquinas
            frente a mi viejo convento de mentiras
            frente a mi vieja biblioteca de condenas
a la acuciante verdad del retozo en descampado
            de un verbo que perdió su  monumento
            de un apóstrofe en ruinas             
            de un vocablo sin gracias de estandartes
            (aunque bien que vocifera)
a la presencia del vacío al hueco
            hecho justo a la medida
He vuelto he dicho a pasearme en pleno parque Duarte
            a procurar la cagazón de las palomas
y el chiflido clave conque convoco a otros palomos
            Debajo de ese banco te he vuelto a ver los panties
y el loco sin galillo imitando a Rafael de España
            Yo estoy aquí aquí para decirte que
por la cabeza del patricio volvieron a llover botellas
            y aquellos dos choferes ya se abrazan
tan sólo porque no supieron darse muerte
            Ando aquí con mi huevo huero
y mi media libra de harina
            para sorprender en este nuevo San Andrés
a los incautos
            Voy apertrechado de anzuelos lombrices cigarrillos
alguna menta
            y el ojito achinado de un buen niño
He vuelto he dicho al parque Duarte
            a emitir un discurso altisonante
a desgañitarme en un pronunciamiento
            de recuerdo inútil
            perdido el galillo
contra el paso imparable de los tiempos
            El parque es el mismo
desde siempre
            un lugar de asueto por las tardes
Sólo el recuerdo en él camina sin sosiego


 


Un cuento de Viau en primavera

 

Cuando los americanos
mataron a Jacques Viau
un día en la guerra de abril
allá por la primavera
del año sesenta y cinco
aquel hombre se volvió
loco de odio y de pena
Ciego de rabia y de lágrimas
agarró su M-60
y corrió por el malecón
maldiciendo a tiro limpio
Cuando se quedó sin balas
y después de tanto llanto
y de tantas maldiciones
combatientes casi muerto
se encontró a uno de la OEA
justo al frente cuando quiso
regresar donde los suyos
que ahora estaban lejos
donde no veían los ojos
El tipo apretó el gatillo
a quemarropa en la frente
de ese hombre que aún lloraba
pero no salió la bala
Aún llorando agarró
su ametralladora ese hombre
con fuerza así muy duro
y le metió un culatazo
por la frente al enemigo
Luego corrió llorando aún
corrió quebrando el llanto
hasta llegar a los brazos
de los suyos que esperaban

Eso me lo contó un hombre
por allá por Jersey City
Me lo contó ya sin lágrimas
ni odio entre los ojos
Lo extraño es que lo contara
como si Viau estuviera
sentado allí entre nosotros
oyendo su propio cuento
Tenía a Jacques Viau entre ojos
ahí vivo entre nosotros



Para Luis E. Pichardo

En bebida

contra el cristal el hielo o contra el cristal
            otro cristal ligero
leve frágil como una burbuja
            y el pasado de repente tintineando
sin gravidez alguna             
                                               suave
            como encargo de este bar
                        que por las nubes
ya no asunta el rock el rap o sus clientes
            una tarde de agosto en Filadelfia
y así pensar la infancia
            sin consecuencia alguna
                                               sin sentido
como la continuidad de la bebida
            como un trazo en fiebre
            como un trago amargo y mal parido
o la transmutación de la sed en el deseo
            mi infancia no es sólo recuerdos
el limoncillo el mango la guayaba
            se esfuman ahora como el humo 
bailoteando con un nigeriano profesor de Temple
            cliente fijo
                        en un risible pas de deux muy feo
            Macorís no es ya mar sino potrero
por la esquina de la Broad con Cecil B Moore
            y allí me he sentado a hacer pelotas
con calcetines viejos
                                   columbrando un toro bravo
en celo
            contra este viernes nuevo
                                   ya me suenan
 las campanas de San Pedro o del Convento
            en el vaso de escocés en fuego
y la melancolía de un mechón atado
                        en la maleta de un triste viajero  
al desgaire vuela sobre esa camarera
                        tan pérfida a este amor ¡ay! tan coqueta
            a lo lejos alguien canta
welcome to the Hotel California
            un cuero vecina de Blanquiní
                                               canta mientras me desflora
el hielo ya empezó a bailar la zarabanda
                                   de vuelta y media me trae los recuerdos
un ñame con bacalao
                                   sarandonga
            el hambre de memoria es la compaña
                                   sarandunga
            camino a la capital me salió el diablo
                                   y  ahora bebemos
            por el cruce olvido callejón de lo que ha sido
                        y bonsoua la societé
            abur abur te digo                            
y clac-clac-clac me responden unos huesos
            camina esqueleto camina que la vida empieza mañana           
                        fríos como el hielo de este vaso
                                                                                              ligeros



Para Charles Bukowski

Heroísmo viril

En el bar un amigo de extracción irlandesa
            americano
nos habla de su inquebrantable solidaridad
            con el ERI
habla de cómo se ha leído todo con respecto
            a los “problemas”
además nos cuenta sobre el trago que llaman
            carro bomba
mezcla de whiskey Jameson con cerveza Guiness
            cómo explota
(al parecer el ERI pensó muy bien los ingredientes
            de sus cócteles)
después confiesa que hubiera querido ser guerrillero
            urbano en Derry
termina hablando de los murales que vio como turista
            de los cementerios
con unos muertos que aún parecen ser parte de la lucha
            Al final brindamos
yo dominicano con escocés y ellos irlandeses americanos
            con Guiness
Ahora es mi turno -primero otro trago luego un carraspeo
            cosa de crear ambiente-
entonces digo que he sido un militante de izquierda
            marxista leninista
nada de pro ni soviético ni chino tampoco fidelista
            sí algo guevariano
sólo en cuestión de moral -ni mariguana ni bebentina
            menos aún chingadera 
ninguno de los vicios de la pequeño burguesía-
            puro hombre nuevo
Luego apuro un trago y espero que surta efecto
            mi cuento
Ya que les he agarrado la atención por el rabo
            se le ve en los ojos
procedo a rematarlos con mi acción de una tarde
            en la universidad
Cuento que andaba con un frasco de compota de bebé
            repleto de explosivos
cuando nos atacó la fuerza de choque de la policía
            a bombazo tiro y palo
disparaban con M16 y vestían chalecos antibalas
            Después de la sorpresa
 digo lo de la compañera prendida en candela
            botando fuego por el pelo
llama de furia por la boca exigiendo que tiraran
            una de las compotas
por supuesto yo guardé la mía porque me pareció
            irresponsable tirar eso
Si la hubiese tirado le aseguro a los amigos no estaría
            aquí contando el cuento
Los amigos concurren y aplauden mi decisión sabia
            de militante serio
Ahora todos saben quien soy y las cosas que he hecho
            Se hace silencio
Un tipo que desde la barra había escuchado los cuentos
            llama a la camarera
Por lo bajo y sin explicaciones pide tragos para todos
             El paga la ronda



 
Para la argentina de El Caribe
           

Vuelo de gallo

Sudor de alas hoy le ofrezco a la tarde
            ya entrada las seis de mi víspera humana
deposito anhelos en la urna manoseada
            me deslío en metáfora oscura
desarmo la desidia
                        por supuesto como antes
guardo el desgano a pesar de la nada
            me voy armando de la mala sangre
para completarme
            y le doy riendas sueltas a las ganas arrechas
de explicarme

Resulta que una tarde me explicaba Dalton
            con pluma de fuego
tal vez fue Bukowski
            con whiskey en los labios
un oficio rastrero de la tierra y del viento
            Me explicaban una puntillosa tarea
            de apostillar con los huesos del alma
            los huequitos que van quedando
                                   con refrán manoseado
como hace un buen panadero
            Me explicaban
y trato ahora yo de explicarme
            aquel asunto de partirse la lengua
en porcentaje ordenado
            del cual hablaban con una exactitud de carniceros
            con una truculencia aritmética                 
que dividía o restaba para mi perdición 
            entre el 10 y el 90
El 10 por ciento
            decían
era la inspiración alada
            El 90 restante
                                   sentenciaban
era la obligatoria transpiración del cuerpo
            Asunto creo de estibadores celestes
            o probablemente de ángeles puercos
o acaso
            de puercos con alas
Lo cierto es que la lengua me suda hoy un cálculo oscuro
                                                           sin vuelo
muy pobre en fracciones
                        un charco barroco
y aún no me explico lo que trataron de explicarme

            Qué tal digo yo si tan sólo un muñón desplumado
qué si apenas unos tucos implumes
                                                           en la espalda
cómo explicar los ocasionales cañones de alígero empeño
            atrapados en pegotes de rara nostalgia
                                                           en pocilga enfangada
siempre a las 6 de la tarde

Se encoge la décima parte cual miembro friolento
Se transmutan los panes y los peces en agua salada
           
Pero qué tal si por el contrario las horas porcinas
qué tal si la esperanza
            mantis sin piedad devorada
qué tal si le aplastan a uno el alma con omnívoro celo
            si le enlodan el maná ligero
                                   con una disciplina de porquerías
qué tal si un horario con alas es vuelo de muerte

Entonces en vano el tesón el sudor nonagésimo
A mares el anhelo a chorros la ilusión se desaguan

Cuando el sudor batiente tal vez no hay de otra
            se aspira y se transpira
Quizá eso sea todo
            hacia adentro y hacia afuera
O tal vez otra cosa
            Una tarea de la vida o de la muerte cualquier tarde
como esta
            Un simple deseo
                                   como estas ganas prostibularias
                        abiertas
de que me mire la poesía el puto cuero
            Mirá   ahora  mirá  
mirá cómo estoy transpirando



Brumario apenas

            Apretar la palabra en esta tarde
contra el viernes como hace la neblina
confundiendo los cuerpos con ladrillos
el árbol con las nubes la mirada
y el miedo (ayer mataron ahí a un tipo)
            Habla la niebla con su forma ciega
cuenta una confusión de claridades
dice que aún en la imposible tarea
el paso más endeble avanza y llega
si sólo tantea el agua de esta tarde
            Cerrada la palabra casi incierta
como invisible gota contra el ojo
se obstina con el húmedo silencio
con vaga certidumbre casi informe
en la forma que le hace el propio paso
            Y esa forma ligera vaga densa
vaporosa se amolda a este contorno
vacío y lleno de todo como un viernes
contra el agua o la derramada sangre
La palabra aprieta la bruma y avanza